Se trata de un joven que recibe su licencia de conducir, e inmediatamente va donde su padre a pedirle el auto prestado.
El padre que es pastor de una iglesia evangélica lo hace sentar a su lado y le dice:
-Me parece bien que ya tengas licencia, pero el préstamo del auto tienes que ganártelo. Te voy a poner tres condiciones: la primera es que mejores en todas las notas de tus asignaturas, la segunda es que leas un poco más la Biblia, y la tercera es que te cortes el cabello.
Un mes más tarde el joven llega donde su padre a solicitar de nuevo el auto, no sin antes haberle entregado la libreta de asignaturas con las más altas calificaciones. El pastor revisa las notas y muy satisfecho dice:
-Estoy gratamente sorprendido con tus calificaciones, además de que he observado que todas las noches estás leyendo con dedicación el libro sagrado. Sin embargo aún te falta la tercera condición: ¿porqué no te has cortado el cabello?
-Padre -contesta el joven- casualmente leyendo la Biblia, he notado que casi todos los personajes bíblicos como Sansón, Moisés, Abraham, e incluso el mismo Jesús, llevaban su cabello largo... ¿cortármelo, no sería estar en contra de esas enseñanzas?
-Es cierto hijo -contesta el Pastor- pero acaso viste en la Biblia que alguno de esos melenudos que tu nombras, ¿se transportaba en automóvil? |
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