Tarjeta roja | |
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Tarjeta roja | |
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Hombre de mis sueños o de mis pesadillas | |
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Respete la fila | |
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Había una vez un borracho que llega a su casa a las tres de la madrugada y toca el timbre. - ¡Ábranme la puerta! ¡Ábranme la puerta! Y no le abrieron la puerta. Entonces fue al negocio de la esquina y pidió prestado un teléfono, y dice: - Buenas noches, ¿está José Luis? Y le responden: - No, él no está. Y dice: - ¡Cómo diablos quieren que esté si no me quieren abrir la puerta! | |
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- Mi amor, crees que soy petiza? - Y digamos que tienes una estatura común... - ¿En serio? - Si, comun duende! | |
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El típico atlante Manolo todos los domingos escucha música, imagínense qué pasa cuando no la encuentra. -¡Oye, mujer! ¿Dónde has puesto mi radiecito? -¡La lavé y se está secando allá afuera! -¡Si que serás bruta! ¡Segurito has ahogado al locutor! | |
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La fórmula ideal de la vida familiar: el marido tiene que complacer en la cama a su mujer tanto tiempo como el que ella gasta en prepararle su comida. | |
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Calentar | |
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En la oficina, un compañero de trabajo se dio cuenta que otro compañero, que siempre había sido conservador en su comportamiento, estaba usando aritos, y le pregunta: - No sabía que estabas en esa onda. Y él le contesta: - Bueno, no es gran cosa, son sólo unos aritos. - ¿Y desde cuando vos usás aritos? - ¡¡¡¡Desde que mi mujer encontró uno en mi auto!!!! | |
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Un tipo a su mujer: - ¡Berta, hoy quiero que me hagas veinte huevos fritos! - Pero che... ¿te vas a comer veinte huevos? - No, solamente quiero comer dos o tres, pero que te salgan bien bien. | |
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Dos amigos se encuentran después de que uno de ellos regresó de su luna de miel. El otro sabía que su amigo había sido un mujeriego antes de casarse, y por eso le preguntó como le iba como recién casado. El otro contesta con pesadumbre: - Pues estoy preocupado. La mañana siguiente a nuestra primera noche de amor, yo estaba todavía adormilado, y por la fuerza de la costumbre le dejé a mi mujer un billete de cincuenta en la mesa de noche. El otro intentó tranquilizarlo: - No te preocupees. Lo más probable es que ella no saque conclusiones por esto, sino que piense que se lo diste para los gastos. - No es eso, - dice el otro. - Lo que pasa es que ella también estaba medio dormida, y me dió un billete de veinte como cambio... | |
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Recuerdos | |
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